¡Como si viéramos una misma película por segunda vez!

  

EL MISTERIO DE LOS DEJA VU 


Creo que todos en algún punto de nuestras vidas hemos tenido uno de estos episodios en donde tenemos la sensación de haber vivido o visto algo previamente, aunque nunca haya ocurrido. A este suceso se le conoce "DEJA VU" este termino proviene del francés, que significa "ya visto".  


Y si te preguntas porque sucede, en realidad es porque fallo el procesamiento de la memoria. Para entenderlo mejor, la memoria tiene tres fases, la primera codifica la información que recibimos a través de los sentidos, la segunda es que esta información es almacenada en la memoria a corto y largo plazo, y por ultimo, la tercera fase es que podemos recuperar la información  que permanece en nuestro cerebro. En conclusión, el DEJA VU es un fallo en el procesamiento de la memoria, que en lugar de almacenar la información como nueva, la interpreta como si fuera antigua y de ahí proviene la sensación de que ya lo hemos vivido.

Pero esta es solo la respuesta científica, el trasfondo espiritual es mucho mas fascinante.  Desde esta otra perspectiva, es una corta remembranza de una vida pasada.  Conscientemente no podemos recordar nuestras vidas previas, pero algunas imágenes emergen al estar en un lugar especifico o con determinadas personas. Muchas personas toman este acontecimiento como una clarividencia hacia algo que podría suceder.


Les invito a leer este relato de un claro ejemplo de los DEJA VU, y lo aterradores que pueden llegar a ser: 

Entre todo este hermoso, extraño y a la vez peligroso paisaje, me encontraba yo. Vestía un traje de etiqueta muy caro, pero totalmente deshilachado y sucio, parte de este, manchado con sangre que provenían de un gran golpe que tenía en la cabeza. Me sentía muy confundido, mareado por los golpes recibidos, totalmente perdido sin saber en dónde estaba, ni como había llegado hasta ese lugar, ni siquiera me acordaba los acontecimientos de los últimos días, sólo sabía que estaba sólo y en ese extraño sitio.

Decidí revisar mis bolsillos en busca de alguna pista que me indicará en donde estaba, pero sólo encontré un celular totalmente destruido. Camine varias horas sin rumbo, muy lentamente, esquivando posos y serpientes que se cruzaban en mi camino, cobardemente daba gracias de no encontrarme con un animal más grande ya que mi vida en la ciudad era sólo hacer negocios y vivir lujosamente.

Habían pasado varias horas de la caminata, cuando de pronto divise en el cielo un espeso humo negro. Talvez allí tendría las respuestas de cómo había terminado en ese lugar. Corrí hasta el sitio de donde provenía la nube y me quedé inmóvil …-entonces así fue que vine a parar a este lugar-me dije. Pero de pronto unas imágenes en mi cabeza empezaron a aparecer, “vuelo 39 con rumbo a new york en unas horas estaremos aterrizando en destino gracias por volar con…una fuerte explosión se escuchó en la cabina las butacas se desprendían del piso y salían despedidas al vacío por una gran abertura en la pared, la gente gritaba aterrada, corrían por el pasillo chocando entre si tratando de salvarse de lo inevitable …”

Las visiones cesaron y frente a mí tenía el inmenso avión estrellada en la costa despidiendo humo y pequeñas explosiones. Me faltaban unos metros para llegar al lugar del hecho, y revisar el vehículo, pero al avanzar unos pasos, vi que del avión salían unas personas vestidas precariamente, con mantas en sus partes privadas y vinchas en la frente echas con hojas. En la mano algunos sostenían lanzas y otros, pequeñas dagas muy afiladas. Saqueaban todo lo que había en el lugar, todo lo que le sirviera. Sacaban los cuerpos mutilados y al grito de un idioma que no conocía y clavando en sus lanzas esas carnes humanas, comían, bebían su sangre, lambian los huesos, se saboreaban y peleaban por un pedazo como perros salvajes. Yo escondido en los arbustos, observando el espectáculo terrorífico de esos caníbales, vomitaba de asco al ver como devoraban a esas pobres personas. Uno de ellos me escuchó, mis ruidos de descompostura llamaron su atención y gritando corrió hacia mí.

Yo me quedé inmóvil, este a centímetros de distancia y apuntándome con su lanza llamó a los demás, formaron un círculo alrededor mío, los observe mientras discutían en su extraña lengua. Eran hombres muy flacos, de tés morena, logre ver en algunos de ellos dientes muy afilados al parecer moldeados por ellos mismos, las uñas de las manos eran largas y duras, sin dudas estaban preparados para devorar todo a su paso…Mientras las olas golpeaban la costa y el sol empezaba a aparecer a lo lejos, empezaron a devorarme…

Mientras se me oscurecía todo, una voz decía “vuelo 39 con rumbo a new york, en unas horas estaremos aterrizando …”; me pare de un salto, y no podía creerlo: estaba devuelta en el avión. La gente muy tranquila sentada en sus lugares, hablaban y reían, las azafatas caminaban por los pasillos ofreciendo algo de beber, yo estaba desconcertado, “¿había sido solo una pesadilla?” me preguntaba en mi cabeza…

- señor, señor, ¿le sucede algo? ¿necesita algo? Me dijo una de las aeromozas.

- no, no gra…gracias- dije tartamudeando todavía no entendía lo que pasaba- sólo necesitó ir al baño-.

Lave mi cara, estaba muy confundido, ese sueño había sido tan real, podía jurar haber visto a esos caníbales devorándonos a todos, hasta el olor a selva sentía todavía en sus narices. Volví a mi asiento, todavía estaba muy nervioso por aquel sueño, revisé mis cosas y uno de mis bolsillos estaba mi celular, marcando las “22:15”. De pronto se escuchó una fuerte explosión, el avión caía en picada los asientos caían al vacío otros se estrellaban en las paredes, todos los pasajeros gritaban aterradas. Yo había olvidado ponerme el cinturón de seguridad, traté de agarrarme de los asientos, pero fue imposible y salí despedido del lugar, unas de las turbinas me succiono cortándome en mil pedazos…

"Vuelo 39 con destino a new york…”. Desperté de nuevo en el avión, estaba totalmente asustado, transpiraba sin parar, no podía entender qué estaba pasando o porque volvía a repetirse la situación una y otra vez. De nuevo la gente riendo, la azafata ofreciendo tragos, el celular marcando “22:15” y otra vez la explosión… Abrí los ojos, ahora me encontraba en la tribu de los caníbales, me tenían atado de pies y manos en un poste, bailaban alrededor mío con palos encendidos en llamas en sus manos, yo sería el festín de la noche. Cerré los ojos, para despertar de nuevo en el avión, pero no pasaba nada seguía en ese lugar, rodeado de caníbales. Desesperado mientras el fuego subía por mis piernas, trataba de despertar de esa pesadilla, pero no, no se trataba de un sueño, esta vez era real y jamás podría volver a esa fantasía, a mi verdadero sueño “el vuelo 39”.





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